Apartamentos Silken Playa de Toró

Leyendo las opiniones íbamos un poco asustados por lo que nos encontraríamos pero al llegar resultó ser lo que buscábamos. El apartamento era pequeñito, 1 habitación con dos camitas juntas, el baño (completo) y la cocina con el salón. Debajo del sofá, otra cama de 90 que nosotros con nuestra peque de 2 años no llegamos a usar. El apartamento cuenta con ropa de cama y mantas adicionales, toallas, y utensilios de limpieza (escoba, fregona, estropajo, lavavajillas), la cocina con el menaje justo, cazo, cazuela, sartén, cafetera, vajilla… y además lavadora y microondas. Delante una terraza común con sillas y mesa de plástico para cada apartamento. Llegamos un lunes y el viernes nos pasaron a limpiar y a cambiar sábanas, el personal además muy amable. Parking subterráneo con plazas amplias y sitio delante para cargar mas cómodamente. La playa queda justo delante a 2 minutos y hay restaurantes al rededor, el pueblo ademas es muy bonito. Buscábamos algo pequeñito, no muy caro y donde pudiéramos preparar algo de comida para la peque así que fue perfecto. Como pega diría que los colchones son un poco duros para mi gusto, pero no dormimos mal, nosotros repetiríamos.

Descuido y falta de atención al cliente. Apartamentos muy cerca de la Playa de Toró y que su ubicación es lo único bueno en su relación calidad (pésima) y su precio (elevado). Lo primero es que la hora de entrada son las 18, pero la de salida son las 10. Solo hay limpieza y cambios de toalla una vez a la semana Los muebles son viejunos, por ejemplo el sofá nido es tremendamente ruidoso y la cama de matrimonio es dura como una piedra. El baño ridículamente pequeño y SIN VENTANA ni ventilación alguna, por lo que todos los olores del piso de arriba inundan el apartamento. Y para remate, tienes que ir a recoger y entregar la llave a otro sitio distsnte.