Hospedium Hotel Triana

Restaurante con poca variedad

El hotel tiene su valor más representativo en su personal, tanto Mónica en recepción, super amable y servicial, una gran profesional, como los camareros del bar y del restaurante, le dan a este establecimiento un valor añadido. Los productos del restaurante son de mucha calidad. Por destacar algo no tan agradable, los colchones deben ser renovados, al menos los 3 de la hab 111.

Hemos pasado dos noches aquí y hemos visto cosas positivas y cosas muy mejorables. Positivo: parking gratis para los clientes. Personal de recepción muy agradables. Habitación grande y espaciosa. Camas grandes. Desayuno en la cafetería muy rico. Negativo: La habitación da la sensación de recibir una limpieza “por encima” para aparentar limpieza. Pero hay manchas hasta en las paredes, que resultan difíciles de explicar, y que seguro se podrían limpiar solo poniendo un poco de atención. Igualmente encontramos pelusas y suciedad debajo de las camas, ya que las movimos para juntarlas. Las dos noches que pasamos, tenían eventos abajo, por lo que no pudimos dormir en silencio hasta la 1 am aproximadamente. Habitación con Cortina en la bañera que se pega al ducharse, y que tampoco es que esté demasiado limpia. En el “restaurante”: aunque te cobran la cena a precio carta de restaurante, en realidad las dos noches tuvimos que cenar en la cafetería. Con un servicio inexistente (tienes que pedir en la barra a un camarero con poquitas ganas de atender y cero conocimiento de su propia carta)

Puedo opinar del restaurante. Nos atendieron fuera por que íbamos con nuestro perro. Las carnes a la leña muy buena y los pinchos de tortilla son grandes y el precio estupendo. Nos atendieron muy bien. Gracias a la chica que nos atendió porque llegamos muy tarde y fue muy amable.