Hotel Spa Cádiz Plaza

Falto un servicio de spa busque este hotel por esa característica y no ofrecía nada de esto.

Siempre es un placer acudir a este hotel. Para mí marca la diferencia en el trato profesional ofrecido, combinado con unos precios excelentes y una calidad inigualable. Ofrecen una gran cantidad de servicios como desayunos, gimnasio, spa, una terracita para ver unos atardeceres espectaculares, una salita donde meditar si se necesita…. Todo esto sin olvidar la ubicación, encontrándose a pie de playa. Llevo años acudiendo al hotel y cada vez me sorprende algo nuevo, siempre para bien, por supuesto. Si tuviera que recomendar algún sitio para hospedarse en Cádiz, sin duda, sería aquí, es como un hogar fuera de tu hogar. Agradecida a todo el personal por la calidez que ofrecen en el trato a las personas, siempre con una profesionalidad absoluta y espero volver pronto.

Me gusta la ubicacion y los detalles del hotel, aunq es el mas pequeño de los 3 que hay alrededor m gustan sus detalles y la cercania de la playa y los sitios para comer.

Se trata de un hotel muy digno ubicado en pleno corazón de la playa de la Victoria. Está tan próximo a la playa que se puede decir que está a pie de playa, aunque su orientación perpendicular a la misma haga que el mar no quede de frente. Todo estaba escrupulosamente limpio. La habitación era suficientemente espaciosa y la cama me resultó cómoda. El personal era atento y amable. Estuve alojada en este mismo hotel hace bastantes años y veo que desde entonces han hecho algunas mejoras como la reforma de la fachada y la habilitación de un comedor para el buffet de desayuno (antes había que desayunar en la pequeña cafetería del hall del hotel). El desayuno, por cierto, era muy completo y variado, con horarios amplios y adaptados al gusto español. Pese a estar en una zona bastante ruidosa, el aislamiento es tan bueno que el ruido exterior no nos molestaba en absoluto, ni tampoco percibíamos el ruido de otros huéspedes. El hotel no cuenta con hamacas ni sombrillas instaladas en la playa, pero sí se pueden alquilar sombrillas y sillas de playa (también toallas) en la recepción; esto es muy cómodo cuando vas pocos días y no quieres ir cargada de trastos. Aunque el buen aislamiento lograba que no percibiéramos el bullicio exterior, no pudo hacer nada respecto al ruido que generaba el aire acondicionado. Tuvimos que ponerlo una noche especialmente calurosa y fue difícil dormir porque era muy ruidoso. Hoy en día hay opciones más silenciosas que serían mejores para un hotel. También he echado de menos un mejor mantenimiento de las habitaciones: la cisterna de nuestro baño perdía agua y el pestillo de la puerta no cerraba. En el baño tampoco había toalleros en los que poner las toallas de mano, lo cual me ha resultado un tanto incómodo. Me hubiera gustado que en el comedor también se sirvieran comidas o cenas. Es cierto que alrededor hay numerosos establecimientos en los que poder comer o cenar, pero a nosotros nos gusta hacer al menos la comida o la cena en el hotel. Ninguna de estas cosas es lo suficientemente importante como para desmerecer la buena estancia en el hotel.