Guest User
September 8, 2024
Hotel muy nuevo, prácticamente a estrenar, con un diseño y decoración muy chulos. La ubicación es céntrica pero en una calle con poca vida. El personal, muy joven, muy agradable pero poco resolutivo. EL check in lo hace el cliente directamente en una pantalla. En general, todo el trato es muy impersonal. La habitación, aunque muy bonita y amplia, poco práctica: armario grande, pero con pocos estantes para ropa. No había cafetera ni nevera. Sólo dos tomas USB en toda la habitación (raro en un hotel nuevo). No había adaptadores de enchufes, si los querías eran de pago (no les quedaban de cortesía, sic). La colocación de los edredones era extraña: dos piezas en cama de matrimonio, colocadas en horizontal. Tenía mala insonorización, se oía todo lo que pasaba en el pasillo y la temperatura del agua de la ducha no era constante. En cuanto al equipamiento, sólo era gratis el jabón/champú. El resto de amenities eran de pago. Tampoco había paraguas de cortesía, si querías uno te lo vendían. Todas estas ventas eran a través de una máquina de vending en la planta 6ª. Como digo, todo muy impersonal. Insistían mucho para que se rechazase la limpieza (la única interacción). Si aún así optabas por ella, no la hacían o molestaban para hacerla (8 de la mañana), así que quedaos con las dos copas que dan a cambio de no limpiar. Todo el bajo lo ocupa un bar/restaurante. Muy bien decorado, e incluso con guitarras a disposición de clientes. Vale la pena probarlo, la comida es rica pero la atención muy lenta. En nuestro caso, por el coste por noche, tuvimos muy mala relación calidad precio, de ahí que tuviese más sensación de estar en un youth hostel de diseño que de hotel de 4 estrellas y que haya sido tan rigurosa en la crítica. Pero si lo consigues barato, es una opción estupenda para visitar Dublín.
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