Casa Grande da Ferreria de Rugando

Fuimos los dos últimos días de Julio de este año, y la experiencia, magnífica! El lugar es precioso, rodeado de un paisaje virgen impresionante y de una naturaleza frondosa; y por las noches, es impresionante ver el cielo estrellado en la terraza de la piscina (Si alguien quiere verlo, pedirle a la chica de recepcion que os apague las luces exteriores de la piscina, porque así la experiencia será más impresionante) . Es una experiencia que vale la pena vivirla si se viaja allí. Pasando con la propia casa, no hay pega alguna: La casa es amplia con varios servicios como cafetería, sala de juegos, la piscina... Todo está impoluto, muy limpio. Las habitaciones son amplias y con vistas preciosas. Sobre la piscina, la verdad, es que la única objeción que le puedo poner es que el agua está bastante fría, pero eso sí, una vez te metes, te acostumbras a su temperatura enseguida. A parte, tienes tumbonas, sillas de playa y sombrillas para poner en la terraza exterior de la piscina y poder tomar el sol (o como dije antes, ver las estrellas por la noche). Hablando sobre la comida: -＞ Los desayunos son sencillos pero lo suficientemente abundantes; con bizcochos caseros, zumo natural y otras cosas típicas de desayuno. -＞ Las cenas fueron un lujo. Te daban a eligir 4 opciones de primeros, otras 4 de segundos, y postres. Toda la comida era casera, con un sabor impresionante! Y los postres también muy ricos (estos también eran caseros). Para acabar, no puede faltar nombrar el trato excelente de ambas chicas que nos atendieron. Muy agradables con nosotros! La verdad es que en conjunto, solo veo dos puntos a mejorar de la casa: - La baja temperatura de la piscina - Que las mascotas solo puedan estar en zonas de paso. La verdad, me hubiera encantado que nuestra perrita pudiera haber entrado en el comedor por ejemplo...

La estancia ha estado fenomenal. El servicio impecable, con una mezcla perfecta de amabilidad y profesionalidad difícil de superar. Además todo está muy limpio lo que hace que disfrutes de la estancia el doble. Y por si fuera poco la comida estaba buenísima: caldo gallego riquísimo, sopa fría de melón buenísima, una delicia de codornices y una tarta casera de castañas para chuparse los dedos. En definitiva, una estancia insuperable. Volveremos.

El sitio una pasada, la comida muy buena y el trato estupendos, la única pega que el agua de la piscina cubierta estaba helada y no se podía aprovechar y nos hubiera gustado porque merece la pena el sitio

Estuvimos dos días, en familia, todo estuvo estupendo. La casa está muy bien decorada, hay varios espacios comunes muy agradables y con entretenimientos como ping pong, billar, juegos de mesa y biblioteca, también hay cafetería. Las habitaciones son amplias y bonitas, decoradas con mucho mimo, la mayoría tienen balcones en los que descansar y disfrutar de las vistas o del sonido del río y los pájaros. La piscina y el solarium son un lujazo. El desayuno es muy completo, abundante y con productos de la zona. Las cenas estupendas, con varios platos a elegir y postres caseros. Preparan un menú picnick de mediodía para llevar, ideal si pretendes hacer una ruta de senderismo. El entorno de la casa es maravilloso, en plena naturaleza, ideal para pasear o para hacer rutas de senderismo (dos de ellas pasan por la casa) Las chicas que llevan la casa son majísimas, muy amables y atentas. En resumen, quedamos encantados y esperamos volver pronto.