Guest User
June 18, 2024
Aunque no era la primera vez, en esta ocasión solo fuimos a comer. A pesar de que llegamos más tarde de lo previsto, nos atendieron sin problemas. Nos dieron a elegir y escogimos comer en el exterior, ya que hacía un día radiante. Situados en una mesa justo al lado de la piscina, nos sirvieron con premura y amabilidad. Comimos una ensalada y una cazuela de costillas de cabrito espectacular. Todo ello regado con un vino Malbec de 2019. Justo desde la puerta del hotel se puede observar la montaña de los siete colores, la principal atracción turística de la villa. Por tanto, una ubicación inmejorable para un establecimiento de categoría.
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