Guest User
March 30, 2024
En la descripción del hotel se describe como pintoresco, yo añadiría rústico, muy rústico. El edificio es señorial, la recepción parece un museo de antigüedades con unas zonas comunes oscuras y sin romper el estilo del edificio. Si ya ese recorrido te ha transportado a otra época, al entrar en la habitación, si no fuera por la instalación eléctrica y la TV , verdaderamente pensarías que han viajado a otro siglo. Las habitaciones no tienen minibar, llevábamos medicación y la solución que nos dieron fue dejarla en la nevera de los refrescos del bar. En la recepción, excepto por la mañana, no había nadie. Preguntamos por el castillo que hay en el pueblo y la recepcionista en vez de hacer una llamada a la persona que cuida el castillo o cualquier otra gestión para darnos información, nos escribió un teléfono en un trozo de papel y por más que se le insistió, no quiso llamar. De la misma forma la recepcionista en ningún momento nos dió información alguna de los servicios del hotel. Aún teniendo reserva con antelación y sensación que el hotel estaba prácticamente vacío, nos asignaron una habitación triple que en sí, era doble, con una cama supletoria metida con calzador, que nos hizo muy difícil moverse e instalarse,durante cinco días,a los dos adultos y un adolescente que habíamos. El armario solo tenía 4 perchas, y no es una expresión, eran 4. Para empeorarlo aún más la ventana daba a la parte posterior al almacén del bar, sin vistas a la sierra ni al castillo. Por todo ello se pidió si era posible un cambio de habitación y se nos dijo que las que tenían vistas eran más pequeñas. Como cosa positiva, el hotel está muy limpio. Conclusión, le sobran estrellas.
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